Series 'El niño pobre' 1963
Quizá sean los 10 dibujos de la serie El niño pobre (anilina sobre papel, 35,5 x 27,5 cm c/u) los primeros trabajos que se conservan de la obra de Miguel von Dangel, realizados a los 16 años de edad.
Como si se tratara de una especie de historieta terriblemente real, el joven von Dangel aborda un tema que le es harto familiar: las duras condiciones de vida en la popular barriada de Petare en la que habita.
Con trazo nervioso y conmovedor, en estas estampas se reflejan los típicos episodios de la vida de un niño pobre: las diversiones con juegos improvisados, la sobrevivencia (limpiar zapatos, robar), la relación con su madre (es una prostituta y lo echa de casa), la fantasía y la imaginación —válvula de escape en tiempos de penuria— en las piezas “Intenta volar” y “Siente nostalgia por el mar”, y finalmente la “muerte por tristeza”.
Y es que lejos de amilanarse por el agreste contexto, el novel artista encontró en la pobreza y en las duras condiciones del barrio el acicate para seguir explorando en su vocación. Con el tiempo, la empecinada voluntad de trabajo y estudio que lo caracterizan modularon y ampliaron su discurso, en el que nunca ha dejado de estar presente la inquietud por el suelo que pisamos.
Como dato curioso, es oportuno señalar que estos dibujos no se mostraron al público sino 30 años después de haber sido realizados, en la Exposición antológica de Miguel von Dangel que realizó la Galería de Arte Nacional de Caracas en el año 1993. Allí, frente a la monumentalidad de obras como el Retrato de mi madre (1982) o La batalla de San Romano (1984-1990), la ternura y el dolor manifiestos en estos tempranos trabajos no desmerecían ante ellas; por el contrario: seducían desde su sencillez e inocencia porque contenían el germen de la gran obra posterior.
Albert Camus anotó alguna vez que “cada artista conserva ante sí, en el fondo de sí mismo, una fuente única que alimenta durante toda su vida lo que es él y lo que él dice”. Así las cosas, no sería descabellado entender la serie El niño pobre como ese abrevadero al que Von Dangel siempre vuelve.
Álvaro Mata